Antes que artista me considero un ser sensible
a mi entorno y a los fenómenos económicos y socioculturales que día a día se dan producto de la globalización. Es por eso que mi
obra acusa los nuevos hábitos de consumo en especial el tecnológico, y su nefasta
impronta sobre nuestro planeta, debido a la cantidad exponencial de artefactos tecnológicos, que a diario salen al mercado haciendo
obsoleto hoy, lo que ayer se anunciaba como componente de última generación,
produciendo ingentes cantidades de residuos debido a la constante migración de
tecnologías y sus respectivos gadgets, de allí que mi obra, siendo consecuente
con este discurso, fue realizada con boards de computadora, y componentes
electrónicos obsoletos producto de esta popular tendencia al consumo tecnológico, haciendo uso de estos
adminiculos a manera de ready mades, reciclándolos
y pretendiendo al resignificarlos dotarlos de una estética menos artificial, en donde la maquina hace parte de
la composición misma de la obra autoincrimandose y acusando que nos hemos
convertido en ávidos tecnófilos incapaces de librarnos de la dependencia e
interacción diaria con todos esos equipos. Justamente a esas relaciones de
inmersión ineludible hago referencia
abriendo reflexiones desde una propuesta lúdica.